Bienvenido a la ciudad de Lagos, encantadora y llena de historia, donde las cristalinas aguas del océano Atlántico abrazan el rico patrimonio cultural que caracteriza sus calles, playas y cuevas formadas por rocas. Para los amantes de la historia, Lagos es un tesoro lleno de relatos fascinantes que se remontan a siglos atrás.
Con impresionantes paisajes y un ambiente único, esta ciudad costera del Algarve ofrece una enriquecedora experiencia de descubrimiento histórico.
Los orígenes
La ciudad de Lagos remonta sus orígenes a los pequeños arroyos que nacían en el Espinhaço de Cão, formando lagunas bordeadas por dunas de arena. Estos lugares, ricos en pescado y marisco, se convirtieron rápidamente en atractivos puertos que conquistaron a diversos pueblos, convirtiéndose en un atractivo punto de comercio.
A lo largo de los años, Lagos fue testigo del paso de fenicios, griegos y cartagineses y, más tarde, romanos, moros y portugueses se disputaron su dominio. Bajo el dominio romano, la ciudad se llamaba Lacóbriga, y más tarde los árabes la llamaron Zawiya (o Zawaia). En 1249, durante el reinado de Afonso III, Lagos se integró definitivamente en territorio portugués.
Sin embargo, la influencia más marcada procedió de la civilización árabe, que marcó profundamente la experiencia de las generaciones futuras. Hasta el día de hoy, podemos ver las huellas lingüísticas, culturales y arquitectónicas dejadas por la influencia de este pueblo.
La era de los descubrimientos
Durante la Era de los Descubrimientos, en el siglo XV, Lagos adquirió notoriedad como punto de partida de algunas de las expediciones más audaces de la historia. Bajo el mando de figuras como el príncipe Enrique el Navegante, los exploradores portugueses partieron de las costas de Lagos para explorar tierras lejanas y abrir rutas marítimas que conectarían culturas de todo el mundo. Desde esta ciudad zarpó Gil Eanes, el héroe del Bojador, punto de entrada de las primeras riquezas de África, como el oro, la plata y el marfil.
Elevación a la ciudad
En 1573, Lagos fue elevada a la categoría de ciudad por orden del rey Sebastião, convirtiéndola en sede del Obispado y capital de todo el Reino del Algarve. Sin embargo, los años dorados terminaron con el terremoto de 1755, que destruyó la ciudad sin piedad, y los años siguientes estuvieron marcados por la miseria y la decadencia. Sin embargo, poco a poco volvió a levantarse y, con la ayuda de su recurso más valioso, el mar, emergió de entre las ruinas.
La fortaleza puntiaguda
A lo largo de los siglos, Lagos ha sido a menudo blanco de invasiones. Sin embargo, encerrada entre sus murallas, Lagos es hoy uno de los refugios más acogedores de la costa portuguesa. Las murallas (monumento nacional), construidas durante los reinados de los reyes Manuel I, João II y Filipe I, cubrían completamente la ciudad para defenderla de posibles invasiones. Por otro lado, fuera de las murallas, se construyó la Fortaleza de Ponta da Bandeira, que ha resistido el paso del tiempo y ofrece a los visitantes una fascinante vista de las defensas de la ciudad.
Un destino turístico rico en historia
Mientras Bom Dia Boat Trip explora las aguas de Lagos en emocionantes paseos marítimos, no podemos dejar de apreciar la rica historia que esta ciudad tiene para ofrecer. Hoy en día, Lagos es una de las ciudades más populares del Algarve por sus playas de arena dorada, sus aguas cristalinas, la belleza paisajística de su bahía y su legado arquitectónico.
Para los aventureros que buscan una experiencia que combine lo pintoresco con lo histórico, Lagos es el destino perfecto. Embárquese en una excursión marítima con nosotros y descubra las historias que las olas del Atlántico han escondido durante siglos, embarcándose en un animado y emocionante viaje por el mar.
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